> La puerta ‘sagrada’ que japoneses preparan para abrir en Usiacurí - La emisora que quieren los samarios

La puerta ‘sagrada’ que japoneses preparan para abrir en Usiacurí


Con un fin conmemorativo, más que histórico, descendientes de japoneses levantan en Usiacurí, Atlántico, un Torii o arco tradicional japonés que para la religión Sintoista representa una puerta de acceso a un santuario y donde espiritualmente marca transición de lo mundano a lo sagrado.

-Hola, buen día, ¿sabe dónde viven unos nietos de japoneses que van a hacer un monumento acá en Usiacurí? ¿Conocen la casa? ¿Alguien sabe llegar?

-Eche, japoneses… Te la fumaste verde qué…

-Te mamaron gallo, compa’e…

-¿Donde venden arroz chino?...

-Joda sí, te mamaron gallo…

Así respondieron unos habitantes de Usiacurí, apostados en una esquina y que se dedican al mototaxismo en la población. 

Una historia que pocos conocen, al menos las nuevas generaciones de usiacureños y en el resto del Atlántico, es que una legión de japoneses llegó a este terruño del centro del departamento el siglo pasado, hacia el año 1918.

Desde el lejano Takehara, pequeño pueblo de entonces y provincia de la histórica ciudad de Hiroshima, iniciaron correría por el mundo.

Primero el señor Kojiro Mizuno, quien inicialmente había llegado al Perú, país en donde se afincaba ya una extensa prole de japoneses.

Pero su destino no pudo madurar allí,  ya que por aquellos tiempos una epidemia de cólera lo obligó a buscar otros rumbos.

Decidió entonces probar suerte en Panamá, donde inicialmente se dedicó a laborar en la profesión de peluquero.

Su permanencia en el itsmo le fue muy favorable y motivado por ese estímulo, cursó invitación a sus paisanos Toshio Doku y Toshio Nakamura, para que tomaran parte en su aventura.

Tiempo después, en los albores del año 1916 en el puerto de Kobe, sur de Japón,  los dos jóvenes intrépidos, Doku y Nakamura, con 21 y 20 años respectivamente, consiguieron el visado que les permitió embarcarse en el largo viaje en barco hasta el otro lado del mundo. 

Fue así como llegaron a Panamá y se encontraron allí con su paisano y amigo Mizuno, todavía trabajando en sus actividades de peluquería.

Sin embargo, Mizuno comenzó a sentir malestares estomacales frecuentes, que le hicieron temer la posibilidad de haber contraído el cólera luego de su estancia en Perú.

Preocupado por  su salud, uno de sus clientes de la peluquería, quien era barranquillero residente en Panamá, le contó acerca del poder milagroso de unas aguas termales que existían en la población de Usiacurí,  adonde decidió trasladarse sin demoras en procura de su alivio.  Salió entonces de Colón, en Panamá,  para terminar en el muelle de Puerto Colombia y así, de paso,  para convertirse en el primer japonés en asentarse en el departamento del Atlántico.

Atrás quedaron sus paisanos Doku y Nakamura, a la expectativa de sus noticias.

Para 1918,  una vez conocidas las buenas condiciones de salud de Mizuno, gracias a las bondades curativas de los manantiales de Usiacurí, los dos japoneses rezagados en Panamá también se embarcaron con el mismo destino y tras los pasos del pionero.

Llegados a Usiacurí, luego de una travesía en burro de más de 18 horas desde el muelle de Puerto Colombia, pudieron reencontrarse los tres amigos y tiempo después definitivamente establecerse en tan mítico lugar.

Tiempo después, Toshio Doku envió una carta por barco a su hermano Tokuzo, todavía residente en Takehara, para que llegara a la tierra “prometida” donde se podía cultivar la tierra y encontrar “bellas mujeres”.

Y así sucedió, este vino en 1925, se quedó y extendió su dinastía. Hoy, los descendientes de Tokuzo son una de las familias con más residentes barranquilleros en Japón.

Después de los pioneros Mizuno, Doku y Adachi, otros tantos japoneses llegaron a Barranquilla.

Es así como apellidos como Yamawaki, Morikawa, Take, Mitsunaga, Yunaka y también el exitoso comerciante Shigeki Tatekawa, quien también dejó una estela de descendientes en la localidad, se establecieron en la región Caribe.

El Heraldo

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.