Invasión de los cerros de Taganga en Santa Marta, por encima de la COTA 40 N.S.M.N

Por: ABEL RIVERA GARCÍA. Ingeniero y Especialista en Ciencias Ambientales
El pasado fin de semana, tuve la oportunidad de visitar a Taganga en su área no costera, en un recorrido por sus empinadas calles en el piedecerro, desde sus áreas al nororiente hasta las del suroriente, en el pequeño valle de la llamada quebrada  Dumbira, en el sector de San Tropel, y mas allá hasta los cerros orientales que dividen a Taganga del barrio Altos de Villa concha. 
Mi propósito fue mirar desde sus alturas, el sentido de expansión del desarrollo urbanístico de esta población.
En realidad, quede asombrado por la acelerada construcción de viviendas en mampostería, algunas lujosas de varios niveles, con acabados y diseños sofisticados, y otras sencillas casas de habitación de un solo nivel. Lógico que supuse, que las primeras lujosas, eran de foráneos, quiero decir, no nativos de Taganga, y las sencillas, de los nativos ancestrales de Taganga.
De seguro, que estos edificios han sido levantadas sin el lleno de los requisitos legales, pues según pude indagar, la mayor parte carece de escrituras públicas de propiedad, y por tanto de los registros catastrales; lo que hace colegir que ni impuestos prediales pagan al distrito.
Fue notorio observar en el sector San Tropel, el desarrollo urbanístico sin planificación ni concierto; sin trazados previos de calles o caminos de acceso, sin dejar áreas para zonas de recreación o para instalar edificios para servicios públicos; y lo que es peor, sin ningún sistema público de acueducto y alcantarillado; por lo que algunas disponen de soluciones precarias como aljibes o pozas de agua para el agua potable, y pozas sépticas improvisadas sobre un lecho rocoso e impermeable mayormente. Todo en un ingenioso desorden que demuestra la falta de atención de la autoridad de planeamiento y desarrollo urbano del distrito de Santa Marta. 
Hay algo, aun peor, cual es que mayormente esas construcciones de vivienda, se encuentran muy por encima de la llamada “cota 40”, algunas, según mi estimación por mi ojímetro experimentado, se encuentran por arriba del nivel de los 80 a 100 M.S.N.M, en la zona que fue determinada para el parque distrital natural “Dumbira”, que inicia en la cota 40, de acuerdo con el acuerdo N° 005 del año 2000, que expidió el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Santa Marta, “JATE MATUNA” 2000-2009, aún vigente por mandatos del Concejo Distrital, y por medio del cual se regula la planificación y las actividades de desarrollo dentro del área del distrito.De ese parque distrital natural, Dumbira, ya no queda sino el nombre. Se aprecian las talas razas por doquier de árboles y arbustos del ecosistema de monte espinoso tropical que lo integra, vestigios de quemas, edificios construidos dentro de él, residuos sólidos diseminados en los montes, y pequeñas escorrentías de aguas residuales domésticas.
No se alcanza a apreciar, una gestión de la administración distrital, digo de la alcaldía, para contener siquiera el avance de esa ola sunami de invasión del espacio público en los cerros de Taganga en zona del parque Dumbira. Yo me atrevo a decir, después de lo que vi personalmente, que las acciones muy bien publicitadas que oímos por los medios, respecto a demoliciones de edificios en estas áreas públicas, no son mas que “plantes” o amagos, sin intenciones reales, de recuperar esas importantes zonas. 
Hay anuncios oficiales de la alcaldía y el concejo distrital, respecto a que al POT se le está realizando un proceso de revisión de los componentes de corto, mediano y largo, y entre otros se ha filtrado que, aceptando la falta de control y seguimiento urbanístico, para Taganga se van a hacer cambios en el límite urbanístico de construcción por encima del nivel de los 40 metros que hoy se acepta para establecerlo en 70 m.s.n.m. En mi opinión eso ya no resuelve ni evitará un mayor deterioro del parque Dumbira, ya el daño está hecho hasta la cota 100 m.s.n.m. más o menos, por lo tanto, es más realista, pragmático, y de necesidad social para los nativos de Taganga, que se construyan los sistemas de acueducto y alcantarillado en todo el área, y se permita el desarrollo urbanístico, hasta la cresta o parte aguas de los cerros tutelares que encierran la rada de Taganga, principalmente para disminuir el déficit de viviendas que tienen los nativos Tagangas, que hoy los obliga injustamente a desavecindarse para otros barrios de la ciudad, entre ellos, Pescaito y Almendros; además de permitir también, que se construyan facilidades de servicios turísticos: pequeños y medianos hostales y restaurantes