En el proyecto de presupuesto de la Nación 2.025 no hay iniciativas ni recursos para que Santa Marta celebre sus 500 años

La afirmación y también preocupación es del Representante a la Cámara Hernando Guida Ponce

Entre tanto el gobierno nacional deja entrever su desinterés en la celebración y si en la reivindicación de los negros e indígenas

Por: Odin Vitola 

En la reunión de coordinadores y ponentes del proyecto de presupuesto de la Nación para el 2.025, celebrada ayer en Bogotá, quedó claro que no existe iniciativa alguna ni se contemplan recursos económicos para lo que será la celebración de los 500 años de la fundación de Santa Marta.

A la fecha no existen proyectos y, en consecuencia, tampoco existe presupuesto, lo que frustraría cualquier interés en que al Distrito le queden, por lo menos, obras que impulsen su crecimiento, desarrollo social y posicionamiento mundial como destino turístico de talla internacional.

Sin embargo, no es lo más grave, como sí lo es el desinterés del gobierno nacional en dicha celebración, puesto que la izquierda está metida en el tema de la descolonización y por ende está más pendiente de supuestas reivindicaciones de las comunidades negras e indígenas, como si la ciudad no mereciera celebrar su cumpleaños número 500. Además, entra en aspectos históricos que no vienen al caso ni hoy tendrán repercusiones culturales ni sociales.

Por consiguiente, la no presentación de proyectos para que por Ley ejecute la Nación, le facilita las cosas al gobierno Petro de no celebración.

Por último y para colmo de males, el Plan Maestro de obras decretado en el gobierno Duque con tres ambiciosos ejes centrales, está demandado ante el Consejo de Estado, como si Santa Marta no tuviera la necesidad de superar su desabastecimiento de agua potable y ejecutar obras de infraestructura que la vuelvan competitiva en la región Caribe y en el país en general.

Demandar la ejecución de obras para la ciudad, es sólo la demostración de intereses personales y no de ciudad.

Todo parece indicar que la estirpe o sociedad samaria, está condenada a otros cien años de soledad y de retrasos, como si no tuviera una segunda oportunidad, hasta que lleguen los 600 años de su fundación.