Mientras algunos expertos alertan repercusiones por un aumento de dos dígitos, los sindicatos señalan que el Gobierno nacional puede estar más cerca de sus aspiraciones del 16 %.

La negociación del salario mínimo para 2026 entra en su recta final en medio de profundas diferencias entre empresarios y centrales obreras, un escenario que vuelve a abrir la posibilidad de que el Gobierno termine definiendo el incremento por decreto.

Actualmente, las centrales obreras, encabezadas por la CUT, proponen un incremento del 16 %, que llevaría el salario mínimo por encima de los 1.883.000 pesos, incluyendo el auxilio de transporte. Del lado empresarial, los gremios sugieren un aumento del 7,21 %, que ubicaría el salario en alrededor de 1.740.000 pesos. En medio de estas cifras, el Gobierno aún no ha presentado oficialmente su propuesta, aunque distintas declaraciones han alimentado la expectativa de un aumento cercano al $1.800.000.

Para María Elena Ospina, presidenta de Acopi, un incremento de dos dígitos no es viable en el contexto económico actual. En entrevista con Recap Blu, la dirigente gremial insistió en la necesidad de ser “coherentes con la realidad del país” y subrayó que el objetivo principal debe ser proteger el empleo formal y la sostenibilidad de las empresas, especialmente de las pequeñas y medianas. De hecho, recordó las cifras del Dane y el Ministerio de Comercio para evitar efectos colaterales como el aumento de la inflación.

“Cuando se habla de un salario mínimo de 1.800.000 pesos, hay que sumarle todos los costos salariales y no salariales, lo que eleva el costo real de un trabajador a cerca de 2.800.000 pesos para una empresa”, explicó.

Sobre la negociación para definir el porcentaje del aumento del salario mínimo, aseguró que el ambiente ha sido respetuoso y que los empresarios están dispuestos a revisar escenarios antes de la próxima reunión, aunque dejó claro que no avalarán cifras que, a su juicio, pongan en riesgo la estabilidad empresarial.

¿Qué dicen en la CUT sobre el salario?

Desde la otra orilla, Fabio Arias, presidente de la CUT, sostuvo que la exigencia de un aumento de dos dígitos responde a criterios de justicia social y a la evidencia reciente. Para el dirigente sindical, los temores empresariales sobre desempleo, inflación e informalidad ya fueron desmentidos por los hechos que se han presentado en el actual Gobierno.

“En los últimos tres años, con aumentos importantes del salario mínimo, el desempleo ha bajado, la inflación también y la informalidad ha tenido una leve reducción. Dato mata relato”, afirmó.

Arias aseguró que las centrales obreras están dispuestas a moverse dentro de la negociación, pero ese movimiento dependerá de lo que hagan los empresarios y de la eventual postura del Gobierno. Desde su perspectiva, un mayor salario impulsa el consumo interno y dinamiza la economía, beneficiando también al sector productivo.

Sobre el clima en la mesa de concertación, el presidente de la CUT habló de una “tensa calma” y consideró que la distancia entre las propuestas hace difícil un acuerdo. Por ello, no descartó que el proceso termine sin consenso y sea el presidente Gustavo Petro quien defina el aumento por decreto, como ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente del país. En ese escenario, Arias confía en que el Gobierno adopte una decisión cercana a las peticiones sindicales y considere el salario mínimo como una forma de inversión social.

Trabajadores y empresarios se reunirán este jueves, 11 de diciembre, en horas de la mañana para analizar las propuestas y empezar a trabajar en un acuerdo sobre el aumento del salario mínimo para el 2026.


Fuente: Blu Radio