Describir con mucho detalle los espacios, obstáculos y distancias. Preguntar antes de actuar o de ofrecer ayuda. Evitar diminutivos o expresiones inadecuadas. Promover siempre la inclusión social, educativa y laboral.
En algún momento de la vida es normal que cualquier ciudadano interactúe con una persona con discapacidad visual; en una calle, en el trabajo, en el colegio o en la universidad. Es natural que lo primero que se quiera hacer sea ser solidario y actuar de forma colaborativa; sin embargo, pocas personas están debidamente informadas y educadas sobre cómo tratar a una persona ciega en la vía pública de manera adecuada, sin incomodarla ni poner en riesgo su autonomía.
El Instituto Nacional para Ciegos, INCI, entidad del estado encargada de las políticas públicas de las personas con discapacidad visual, resalta que la discapacidad no debe entenderse como un asunto exclusivo de la persona o de su familia, sino como un compromiso social que implica a toda la ciudadanía. Promover el respeto en la interacción cotidiana y facilitar la movilidad en espacios públicos ya que son acciones concretas que fortalecen la inclusión y contribuyen a una sociedad más equitativa.
Acciones concretas
En la interacción cotidiana es importante evitar expresiones vagas como “aquí” o “allá”, ya que no aportan información útil a una persona con discapacidad visual. Lo recomendable es ser descriptivo: indicar si un objeto o una persona está a la derecha, a la izquierda, a determinada distancia o frente a un punto de referencia. Este tipo de orientación contribuye a que la movilidad sea más segura y autónoma.
Luz Chaparro quien es una persona con discapacidad visual, desde su experiencia personal, señala que uno de los errores más comunes es que la gente intente tomar el bastón blanco o empujar a la persona para guiarla sin su consentimiento. Afirma que lo correcto siempre es acercarse con respeto, saludar y ofrecer ayuda, pues no todas las personas con discapacidad visual la requieren en la vía pública. Para ella, la clave está en preguntar primero si la persona necesita colaboración y, en caso afirmativo, cuál es la forma adecuada de brindarla.
Chaparro relató que su esposo, quien también es ciego, camina con seguridad hacia su casa por una calle amplia con talleres y tráfico constante. Sin embargo, en repetidas ocasiones ha sido detenido y jalado por extraños que, con buena intención, creen que está desorientado. “Él sabe perfectamente hacia dónde va, donde estas situaciones muestran lo importante que es preguntar antes de actuar y confiar en la autonomía de la persona con discapacidad visual”.
En la práctica, no siempre es necesario ofrecer apoyo a quienes llevan bastón blanco. La colaboración resulta útil únicamente cuando se observa que alguien está desorientado o existe un obstáculo inesperado que pueda causar un accidente. En esos casos, lo correcto es preguntar si la persona necesita ayuda para cruzar una calle, localizar un transporte público o identificar algún punto de referencia.
Si la persona acepta, el acompañamiento debe ser sencillo: permitir que se tome del brazo, caminar un paso adelante y señalar con precisión la ubicación de pasamanos, bordillos o escalones. La regla básica es nunca imponer una acción ni decidir por la otra persona. En espacios como bancos, transporte público, supermercados o entidades oficiales, es fundamental dar prioridad a las personas con discapacidad visual, evitando que hagan filas extensas o encuentren barreras innecesarias en su acceso a servicios básicos.
La discapacidad no es un asunto individual ni exclusivo de las familias, es un compromiso que toca a toda la sociedad. Respetar la autonomía, ofrecer ayuda de manera consciente y aplicar estas recomendaciones son pasos fundamentales para lograr una inclusión real en el espacio público.
10 claves para apoyar a una persona ciega en la calle
1. Describa con claridad espacios, obstáculos y distancias para orientar mejor.
2. No actúe ni decida por la persona, respete su autonomía.
3. Pregunte antes de ayudar: “¿Cómo le puedo apoyar?”
4. Evite diminutivos o expresiones que minimicen la discapacidad.
5. Use referencias espaciales precisas: “a la derecha”, “a tres metros”, etc.
6. No use términos vagos como “aquí” o “allá” sin descripción.
7. Explique el contexto y los posibles cambios en el recorrido.
8. No tema usar expresiones cotidianas como “nos vemos” o “mira”.
9. Brinde prioridad en servicios públicos, transporte y entidades.
Promueva la inclusión en todos los ámbitos: educativo, laboral, social y recreativo.