Este jueves es el dìa del transtorno bipolar, no es u estado de ànimo, es trasntorno

El trastorno afectivo bipolar, que antes se llamaba depresión maníaca, es una enfermedad en la que la emoción tiene gran prevalencia y que provoca cambios drásticos en el estado de ánimo que comprenden los altos emocionales caracterizados por la euforia (manía) y los bajos con tristeza y desánimo (depresión). Esos cambios afectan el sueño, la energía, la productividad, el comportamiento y en general la vida de la persona que lo sufre.

Los episodios no tienen una frecuencia común, sino que varía entre pacientes. Es una condición de por vida, pero se puede controlar con tratamiento psicológico y psiquiátrico. “Validar al paciente emocionalmente es muy importante, se les entrena en habilidades sociales, y particularmente, frente a episodios de estrés, ansiedad y vulnerabilidad porque a estos pacientes, en general, los han rechazado” explica la psicóloga clínica Angie Pérez Vargas.

Los síntomas, dependen del tipo de trastorno, ya que existen variables que pueden causar cambios impredecibles en el estado de ánimo, en común tienen que genera gran sufrimiento a la persona y le impide el desarrollo normal de sus actividades. Siempre son periodos largos de varios meses. Las características y síntomas pueden variar con el paso del tiempo.

Aunque el trastorno bipolar puede aparecer a cualquier edad, usualmente se diagnóstica en la adolescencia o poco después de los 20 años, explica la psicóloga clínica Angie Pérez Vargas, quien añade que el objetivo central de la terapia es regular las emociones.

La manía puede provocar una desconexión de la realidad que podría terminar en psicosis o en hospitalización de no ser tratada. Los principales síntomas son:

·      Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión.

·      Aumento de actividad, energía o agitación.

·      Sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo (euforia).

·      Menor necesidad de dormir.

·      Locuacidad inusual.

·      Frenesí de ideas.

·      Distracción.

·      Tomar malas decisiones, como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales riesgosas o hacer inversiones absurdas.

Los episodios de depresión alteran la vida cotidiana, el trabajo, la escuela, la vida social, lúdica y familiar e incluyen los siguientes síntomas:

·      Estado anímico depresivo, como sentirse triste, vacío, desesperanzado o tener ganas de llorar (en niños y adolescentes, el estado anímico depresivo puede manifestarse como irritabilidad).

·      Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en casi todas— las actividades.

·      Adelgazamiento importante sin hacer dieta, aumento de peso, o disminución o aumento del apetito (en niños, la imposibilidad para aumentar de peso según lo esperado puede ser un signo de depresión).

·      Insomnio o dormir demasiado.

·      Agitación o comportamiento más lento.

·      Fatiga o pérdida de la energía.

·      Sentimientos de inutilidad, o culpa excesiva o inadecuada.

·      Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse, o indecisión.

·      Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo.

Este trastorno también se puede presentar en niños y adolescentes y muchas veces es difícil de diagnosticar a tiempo debido a que los padres los consideran altibajos emocionales propios de esa edad.

Resulta importante consultar tan pronto se presenten síntomas porque de lo contrario, el trastorno continúa incrementándose y cuando se recurre al médico ya se está viviendo una alteración importante de la vida o cuando suceden episodios desafortunados como intentos de suicidio.

Se desconoce la causa exacta de esta patología, pero hay varios factores incidentes como el genético, ya que el trastorno es más frecuente en personas con familiares de primer grado con la enfermedad.

Otros factores importantes son vivir por un largo periodo el estrés, duelos no resueltos, experiencias traumáticas o abuso de alcohol y drogas.

Informaciòn: Cortesìa MarteComunica