Una batalla campal protagonizan quienes alquilan sillas y parasoles, en la playa de El Rodadero
Por: Odìn Vitola
Son dos actividades económicas no autorizadas por la Dimar, pero que irresponsablemente permiten desde la alcaldía.
La consecuencia lógica del desorden existente en la zona de playa en El Rodadero, derivada de la falta de autoridad y de la falta de conocimiento de quienes están al frente de la oficina de turismo en la ciudad, derivó ayer tarde en una impresionante trifulca entre dos bandos que allí trabajan, en un par de actividades económicas consideras ilegales.
Los directos afectados fueron los nativos y los turistas que allí disfrutaban de una tarde de mar y tuvieron que correr en busca de refugio para proteger sus vidas. También corrieron para alejarse de la trifulca, quienes en ese preciso momento hacían las pruebas de sonido en la tarima gigante que ha sido instalada para los juegos de playa y las festividades del mar.
El enfrentamiento fue entre quienes alquilan sillas, y a quienes la alcaldía les ha ampliado por estos días su horario de trabajo, y quienes alquilan parasoles, una actividad económica que no goza del consentimiento de la Dimar y que al parecer para la Promotora Turística y la Policía les representa un buen negocio económico.
La disputa territorial allí no tiene fronteras, precisamente ante la falta de autoridad, mientras la alcaldesa Virna Johnson irresponsablemente se sustrae del problema.
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