El congresista Holmes Echeverría Devuelve la Esperanza a una Pareja de Pastores en Santa Marta

Por: Jose C.

Un acto de bondad que transformó la vida de una pareja de pastores en la ciudad de Santa Marta, gracias al corazón generoso de Holmes Echeverría de la Rosa, un congresista comprometido con el bienestar de su gente.

Todo comenzó en una noche como cualquier otra, cuando esta pareja de pastores regresaba a casa después de predicar en una iglesia local.La fe los acompañaba en cada paso, pero el destino les tenía preparada una dura prueba. Un desastre imprevisto, quizás un incendio o un deslizamiento, se llevó consigo todo lo que poseían. 

Al llegar a su hogar, no encontraron más que escombros y cenizas, lo que alguna vez fue su refugio ahora estaba reducido a nada.

La noticia de su pérdida se extendió rápidamente, y no pasó mucho tiempo antes de que llegara a oídos del Zonero Holmes, un hombre que, más allá de su rol como congresista, es conocido por su compasión y compromiso con aquellos que enfrentan dificultades. 

Al enterarse de la triste situación de los pastores, Echeverría no dudó ni un segundo en actuar, Impulsado por su profundo sentido de responsabilidad social y con el apoyo incondicional de la Fundación de su hijo, Andrés Camilo de la Rosa, decidió que esta pareja no se quedaría sin un techo sobre sus cabezas.

La casa que donó no fue solo una estructura física; fue un símbolo de esperanza, un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, hay personas dispuestas a extender una mano amiga.

 La construcción de la casa fue un proyecto llevado a cabo con amor y dedicación, asegurándose de que la pareja de pastores tuviera un lugar seguro y digno donde continuar su labor espiritual.

El día en que la pareja recibió las noticia de su nuevo hogar, las emociones estaban a flor de piel. 

Las lágrimas de agradecimiento se mezclaban con sonrisas de alivio y alegría, no solo habían recuperado un hogar, sino también la fe en la bondad de los demás. Echeverría de la Rosa, con su gesto, no solo les devolvió un techo, sino también la certeza de que en este mundo todavía hay quienes se preocupan por el prójimo sin esperar nada a cambio.