Una nueva tormenta se avecina en el país. La reforma pensional, una de las apuestas clave del actual gobierno, podría quedar completamente anulada. La razón: una ponencia del presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez, que considera que el proyecto tiene vicios de trámite tan graves que no se pueden corregir.
El documento, que ya está en manos de la Sala Plena del alto tribunal, sostiene que el Senado actuó de manera irregular al aprobar el texto enviado por la Cámara de Representantes sin permitir el debate, ignorando proposiciones y acelerando el proceso legislativo —lo que popularmente se conoce como “pupitrear” una ley.
Ibáñez fue enfático: las fallas no son menores, ni reparables. Por eso, en su criterio, lo único que corresponde es declarar la reforma inexequible, es decir, inconstitucional y sin efecto alguno.
La ponencia también descarta fórmulas intermedias que se venían barajando, como permitir que el Congreso intentara corregir los errores o dar un plazo para presentar una nueva versión. Para el magistrado, la ley debe caer, sin más.
Ahora será la Sala Plena la que tenga la última palabra en los próximos días. Lo cierto es que este fallo podría marcar un antes y un después en uno de los temas más sensibles para los colombianos: el futuro de las pensiones.
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