🧠 "Quemados por dentro": El agotamiento laboral que golpea a millones en Colombia

El llamado síndrome del trabajador quemado, reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un fenómeno ocupacional desde 2019, afecta cada vez a más colombianos

Este trastorno se caracteriza por un agotamiento físico, emocional y mental crónico asociado al entorno laboral, y suele ir acompañado de desmotivación, insomnio, dolores físicos y una sensación de inutilidad o fracaso.

Según recientes estudios del Ministerio de Salud y organizaciones como la Asociación Colombiana de Psiquiatría, más de 7 millones de trabajadores en Colombia se han ausentado al menos una vez al año de sus empleos por motivos relacionados con su salud mental, siendo el burnout una de las causas más recurrentes.

Expertos advierten que este fenómeno no solo afecta la productividad, sino también la vida personal y familiar de los afectados. Profesiones como la docencia, el sector salud, los medios de comunicación, los cargos administrativos y las plataformas de atención al cliente figuran entre las más vulnerables.

 “Estamos ante una epidemia silenciosa. Muchas personas no se atreven a hablar de su agotamiento por miedo a perder sus trabajos o ser tildados de débiles”, afirma la psicóloga laboral María Clara Gómez, quien lleva años trabajando con casos de burnout en Bogotá.

En Colombia, aunque la Ley 1616 de 2013 reconoce la salud mental como un derecho fundamental, aún existen vacíos en la implementación de políticas reales en los entornos laborales para prevenir el desgaste psicológico.

Además del estrés por la carga laboral, la hiperconectividad digital (mensajes fuera del horario, reuniones virtuales eternas, llamadas sin horario) y la inestabilidad laboral contribuyen a disparar los niveles de ansiedad y agotamiento entre los empleados.

¿Y qué se está haciendo?

Algunas empresas han comenzado a implementar pausas activas, días de desconexión, acceso a psicólogos laborales y talleres de manejo del estrés, pero sigue siendo insuficiente.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que el bienestar mental debe ser un eje central en las políticas de trabajo decente, y que los países deben invertir en programas de prevención para evitar que el agotamiento derive en enfermedades más graves como la depresión o incluso el suicidio.