La Policía de Turismo es un desastre en El Rodadero y allí en esas playas brilla por su ausencia el Bienestar Familiar
Foto archivo
Por Odín Vitola
El panorama que muestra hoy El Rodadero, es de los más deprimentes en toda su historia, por culpa de una alcaldesa que ha sido incompetente para tomar sus riendas y poner el orden e igualmente garantizar el ambiente que como destino turístico de talla internacional debe tener el otrora exclusivo sector.
El sábado anterior, un prestador de los servicios turísticos le pegó a un turista avanzado en años y con discapacidad, y la Policía de Turismo que llegó tarde al sitio del problema, salió en defensa del agresor, cuando lo ideal sería que impusiera el orden y mediara en el conflicto para bien de las partes y de la imagen de la ciudad.
Este medio fue testigo de cómo los agentes que atendieron el caso, presionaban a los turistas en defensa del agresor que ni siquiera cuenta con carné que lo identifique. La razón es una sola, varios de los agentes de Policía al terminar la jornada laboral, exigen una cuota económica a esos trabajadores y al no defenderlos, no recibirían esa ilegal coima.
Lo más grave y delicado, es que delante de esa misma Policía de Turismo pasan con sacos al hombro, decenas de niños dedicados a la mendicidad y a la recolección de latas, en un deprimente panorama tercermundista, en el que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar brilla por su ausencia.
Y la famosa Promotora Turística, ni fu, ni fa.
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