El reconocido cantante español Alejandro Sanz está nuevamente en el centro del debate público, luego de que una joven identificada como Ivet Playà, quien fue fan, asistente y presuntamente pareja sentimental del artista, publicara en redes sociales un testimonio en el que relata su experiencia como una "pesadilla" vivida junto a él.
Según Playà, la relación inició cuando tenía 16 años y se intensificó a los 18, momento en el cual, asegura, comenzó un vínculo íntimo con el artista, quien entonces tenía 49 años. La joven, oriunda de Cataluña, describe haber sido “engañada, utilizada, humillada y desechada”, lo que la llevó a compartir su historia a través de TikTok e Instagram, donde rápidamente se volvió viral.
En medio de la creciente polémica, Alejandro Sanz reaccionó a través de sus redes sociales, confirmando que sí existió una relación personal, pero aclarando que se trató de “dos personas adultas compartiendo su cariño”. Además, atribuyó la publicación de Ivet a una diferencia personal luego de negarse a participar en unos negocios familiares que ella le habría propuesto.
“Jamás he estado involucrado en ninguna práctica inapropiada. Siempre he tratado a las personas que me rodean con respeto”, afirmó el intérprete de Corazón Partío en una historia de Instagram.
El caso ha generado reacciones divididas entre seguidores, medios y especialistas. Mientras unos defienden al artista asegurando que la joven busca notoriedad, otros señalan que se trata de un posible ejemplo de desequilibrio de poder y manipulación emocional, especialmente teniendo en cuenta la diferencia de edad y posición entre ambos.
Por ahora, no se conocen acciones legales en curso, pero el tema ha abierto un debate en redes sociales sobre los límites éticos en las relaciones entre figuras públicas y sus seguidores, así como el impacto de las dinámicas de poder en vínculos personales y profesionales.
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