Santa Marta: Una Ciudad en Alerta — La Tragedia de una Zariguella y el Llamado Urgente a la Acción Ambiental - La emisora que quieren los samarios

Santa Marta: Una Ciudad en Alerta — La Tragedia de una Zariguella y el Llamado Urgente a la Acción Ambiental

Una historia que refleja lo que a diario viven los defensores de animales en Santa Marta: la impotencia frente a la indiferencia institucional y el abandono ambiental
Por: @YamiPeriodista

Hoy, como derechoambientalista y periodista, me encontré con una situación que refleja la urgencia de mejorar nuestra respuesta ante emergencias ambientales. Esta mañana me reportaron el caso de una zariguella herida. A pesar de mis esfuerzos para coordinar con la Policía Ambiental y Corpamag, la respuesta fue tardía y, lamentablemente, la zariguella no pudo sobrevivir.

Quiero agradecer a Corpamag, que a pesar de la situación, hizo todo lo posible por atender al animalito. Sin embargo, es fundamental destacar que desde que la Policía Ambiental se unió al servicio de Carabineros en Colombia, la eficacia y la diligencia en la atención de estos casos han disminuido. Esta situación resalta la necesidad urgente de reforzar los mecanismos de respuesta y garantizar que la protección de la vida silvestre sea una prioridad.

Santa Marta tiene el potencial de ser un ejemplo de conservación y respeto por la vida, pero esto solo será posible si se asume con verdadera seriedad el compromiso ambiental. Hoy, tristemente, nuestra ciudad sigue siendo un infierno para los animales. No hay refugios, las campañas de esterilización son insuficientes, los atropellos en las vías son diarios y el abandono es una constante que refleja indiferencia y falta de conciencia. En la mayoría de los casos, ni siquiera se cumple la Ley Lorenzo, Angel y démas, que protege a los animales domésticos, silvestre y medio ambiente en general.

Ni hablar del transporte de tracción animal, ya prohibido en todo el país, pero que en Santa Marta aún seguimos esperando que los mandatarios la hagan cumplir.

La fauna silvestre tampoco se salva. Continúa siendo desplazada por la urbanización descontrolada y el mal manejo de los residuos. A esto se suma la venta ilegal de animales en puntos clandestinos de la ciudad. Mientras tanto, los animales domésticos sobreviven entre el calor, el hambre y la crueldad. La respuesta institucional, cuando llega —si es que llega—, casi siempre es demasiado tarde.

Lo más triste es que el maltrato no solo ocurre en las calles, sino también en muchos hogares donde no se practica una tenencia responsable, lo que agrava aún más esta realidad de sufrimiento y desinterés.

Santa Marta necesita una política ambiental real, con recursos, personal preparado y sensibilidad. La ley hoy defiende la causa animal, pero también nos obliga a todos a respetarla y cumplirla, sin excepción, nos gusten o no los animales. Porque mientras no entendamos que cada vida cuenta —sea humana o animal—, seguiremos repitiendo tragedias como la de esta pequeña zariguella, que murió víctima de la negligencia y el olvido.

Más allá de su herida, su muerte refleja la triste y dolorosa realidad de una ciudad que presume magia, pero carece de compasión… incluso la institucional.

Hacemos un llamado especial a la Policía local: los animalistas y los animales los necesitamos en esta tarea. Sabemos de su esfuerzo y trabajo, pero es urgente que esta causa también sea una bandera institucional, como ya ocurre en otras ciudades donde la protección animal es motivo de orgullo.

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